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El sereno y apacible estado de la necedad

Arturo Sánchez-Paz

Laboratorio Virología. Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIBNOR). Calle Hermosa 101, Col. Los Ángeles. Hermosillo, Sonora. México. CP. 83106.

Según se dice, hay una tradición gitana en la que no se debe desear felicidad a los festejados en celebraciones importantes como cumpleaños, bodas, bautizos o graduaciones, sino “malos principios”. A lo largo de su historia el pueblo gitano ha enfrentado condiciones difíciles y discriminación, debido principalmente a su nomadismo, su origen como pueblo minoritario y los prejuicios asociados. Los gitanos saben, tras siglos de experiencia realizando desplazamientos a lugares en los que regularmente se les ha recibido con hostilidad, que la adversidad es inevitable. Por eso prefieren desear malos principios, para que los reveses ocurran al inicio de cualquier acontecimiento de la vida de la gente que aprecian, de modo que los infortunios los fortalezcan y el futuro germine en finales venturosos.


Si cualquiera hubiese sabido, en aquel momento, que a pesar de lo particularmente curioso de su vida, él llegaría a tener éxito en algun futuro, sin duda se habría sorprendido…


Su padre murió siete meses antes de su nacimiento. Al enviudar, su madre queda en el desamparo ya que las condiciones sociales de la época imponian que el marido fuera el proveedor del sustento familiar. Pese a sufrir una terrible pobreza, su madre, junto con la paciente niñera, hacen lo imposible por cubrir las necesidades del desventurado infante irlandes. Sin embargo, probablemente debido a que las condiciones económicas de la niñera empeoran, su madre toma la decisión de enviarlo a vivir con su tío paterno, un rico comerciante de Dublín, a la edad de cuatro años. Vive, virtualmente, como un huerfano, sin el cariño y protección de sus padres y bajo la tutela de un desconocido. Así, los primeros años de vida de Jonathan Swift no fueron precisamente auspiciosos.


Cuando Jonathan cumple seis años (1673), su tío, Godwin Swift, decide cubrir los costos de los estudios del niño y lo envia al prestigioso colegio privado Kilkenny. Y una vez más, Jonathan comienza su etapa escolar con dificultades: La escuela esperaba que él hubiera aprendido previamente las declinaciones básicas en latín. Pero ningun adulto había tomado la responsabilidad de educar a Jonathan en esta materia. Algunas versiones biográficas de Jonathan Swift sugieren que pudo ingresar a esta escuela, debido a las abundantes y frecuentes aportaciones económicas que el tío entregaba a la escuela. Así, Jonathan comenzaría su primer etapa escolar con serias deficiencias.


Una muy mala conducta y su pobre desempeño como estudiante, en una escuela reconocida por sus inflexibles normas disciplinarias y su exigencia académica, provocaron que sufriera de constantes medidas correctivas. Sin embargo, dos materias en particular, literatura y oratoria, le apasionaban. Se graduó de Kilkenny sin sobresalir especialmente, pero con lo necesario para continuar sus estudios en el reputado Trinity College de Dublín al que ingresa a los 14 años. 


Nuevamente, es un alumno que no se distingue por su desempeño académico y continua su rebeldía. Se ha sugerido que esta actitud era el resultado de una falta de afecto, cariño y protección durante su infancia, lo que le generó un sentimiento de vacío, baja autoestima, falta de motivación y dificultad para concentrarse. Además, lo envolvía una exasperante estrechez económica. Sus acomodados compañeros evitan la menesterosa compañía del estudiante pobre y huérfano. Así, descuida sus estudios y es suspendido en una ocasión. Sin embargo, logra graduarse como bachiller en en Artes en febrero de 1686 con la mención ex speciali gratia (con favor especial), que indica que apenas cumplió con los requisitos para obtener el grado. Lo cierto es que al abandonar el Trinity College, un vacilante Jonathan era incapaz de elegir una carrera. Su desempeño académico le dificultaba acceder a una profesión que le permitiera conservar el estatus de caballero.


Si cualquiera hubiese sabido, en aquel momento, que a pesar de lo particularmente curioso de su vida, él llegaría a tener éxito en algun futuro, sin duda se habría sorprendido…


Y Jonathan tuvo la capacidad de entender que los sueños no se miden por las calificaciones escolares ni por los momentos adversos, sino que su futuro dependía de no rendirse, de combatir, de que llegarían momentos en que la fuerza para vencer se extinguiría, y entonces debería manifestar resistencia. Mario Benedetti escribio en 1999 un haiku (un género poético de origen japonés escrito, según la tradición, en tres versos sin rima, de 5, 7 y 5 sílabas, respectivamente) que describe espléndidamente la forma en la que Jonathan Swift afrontó la vida: 


quién lo diría

los débiles de veras

nunca se rinden


El destino llevó a Jonathan por caminos inesperados. Las condiciones politicas que reinaban en ese momento, por el derrocamiento del rey James II de Inglaterra (y VII de Escocia), lo impulsan a mudarse a Inglaterra en 1688, donde encuentra empleo como secretario y asistente personal de Sir William Temple. Poco despues recibe el grado de Maestría en Artes por Hart Hall College. Después de realizar varias mudanzas entre Irlanda e Inglaterra, de ordenarse como vicario, y de un desencuentro amoroso, vuelve a Inglaterra a trabajar con Temple nuevamente. Es en esa época (1704) en que publica anonimamente su primera obra, “La batalla de los libros”, que adquirió notoriedad inmediata. Poco a poco, pero sin discreción, empieza a usar una sátira corrosiva que ataca con humor la sociedad que lo rodea y la naturaleza humana.


En 1726 se pubica su obra más famosa: Los viajes de Gulliver. La imagen más difundida de este libro sugiere que se trata de un cuento infantil en el que el protagonista, Lemuel Gulliver, realiza cuatro viajes en barco a tierras distantes y extrañas en las que encuentra personas pequeñísimas, gigantes de casi 30 metros de altura, intelectuales con ideas profundas (pero bastante lerdos en cuestiones prácticas), y una civilización equina culta, racional, ordenada, en la que todos entienden y aceptan la conveniencia de hacer lo correcto (por lo que no tienen leyes) y que conviven con seres humanos salvajes (los Yahoos) que sólo utilizan su inteligencia para exacerbar los vicios que la Naturaleza les dio. La realidad es que esta obra es más que un largo cuento infantil. Es una fuerte y agria crítica contra la sociedad de su tiempo y la defectuosa condición humana. Tan pronto como los viajes de Gulliver fue publicado, las plumas escandalizadas de muchos críticos comenzaron a acusarlo de misántropo y traidor. De hecho, Jonathan menciona que escribió el libro “…para fastidiar el mundo en lugar de distraerlo”. Si cualquiera hubiese sabido, en aquel momento, que a pesar de lo particularmente curioso de su vida, él llegaría a tener éxito en algun futuro, sin duda se habría sorprendido… hoy, Jonathan Swift es reconocido como uno de los escritores angloirlandeses más importantes, considerado el maestro de la prosa satírica en lengua inglesa. Su epitafio dice “Aquí yace el cuerpo de Jonathan Swift... donde la fiera indignación ya no puede lacerar su corazón.”


Si cualquiera hubiese sabido, en aquel momento, que a pesar de lo particularmente curioso de su vida, eso llegaría a tener éxito en algun futuro, sin duda se habría sorprendido…


La ruta hacia la aparición de la vida, en el tenso silencio del mar, implicó una larga serie de escabrosas etapas en las que ocurrieron innumerables incrementos graduales de complejidad, primero química y posteriormente biológica. Si bien, la evidencia sugiere que la vida en la Tierra comenzó hace 4,100 millones de años (tan solo 400 millones después de que nuestro planeta de formó), la evidencia fósil más antigua (estromatolitos, formaciones rocosas estratificadas creadas por la actividad de colonias microbianas, principalmente cianobacterias) data de hace unos 3,500 millones de años. Sin embargo, actualmente parece claro que estas bacterias ancestrales fosilizadas, debieron ser una forma de vida avanzada. Es decir, antes de que estas primeras bacterias habitaran nuestro planeta, debieron existir precursores celulares primitivos intermedios (conocidos como protocélulas) que fueron la plataforma de la que derivaron las primeras células vivas autosuficientes. Una vez que distintas formas primordiales de vida comenzaron a aparecer en la Tierra, las condiciones ambientales, y una larga y ensortijada historia de interacciones biológicas, dieron origen a la compleja e inmensa diversidad biológica que ha habitado nuestro planeta. Sin embargo, debe quedar claro que la aparición de la vida fue un proceso evolutivo que implicó, en cada una de sus etapas, la perseverante y ciega acción de la Selección Natural. Nadie escapa de su incesante escrutinio. Ni ayer, ni hoy.


Generalmente se considera que el “Boring Billion” (un período de 1,000 millones de años de la historia de la Tierra, comprendido entre 1,800 y 800 millones de años atrás), fue el más aburrido de la historia de la Tierra debido a su estancamiento geobiológico. Al principio de este período, los niveles de oxígeno (O2) atmosférico alcanzaban apenas el 10 % de los niveles actuales. Es decir, si la proporción de oxígeno en la atmósfera terrestre actual es cercana al 21 % (nitrógeno 78 %, Argón 0.93% y otros gases 0.04%), entonces hace 1,800 millones de años la atmósfera terrestre contenía solo 2.1 % de O2. Sin embargo, mucho de ese elemento era “absorbido” en la capa superficial de los océanos y la corteza terrestre, debido a las reacciones de oxidación de los minerales que constituyen nuestro planeta. Además, ciertas regiones del océano comenzaron a acumular sulfuro de hidrógeno, un compuesto altamente tóxico que se genera por la actividad de ciertas bacterias en ausencia de oxígeno. Y sin embargo, la vida en el medio marino estaba dominada por bacterias y arqueas (otro tipo de procariontes), que se habían adaptado bien a estas condiciones de bajos niveles de O2.


Entonces, hace unos 1,450 millones de años, sucedió un evento que cambiaría la vida en nuestro planeta para siempre, y que contradice la idea de que el Boring Billion fuera realmente aburrido. Quizá esto comenzó como un proceso infeccioso que salió mal para una pequeña bacteria patogénica capaz de respirar oxígeno (o de prescindir de él cuando fuera necesario) y bien para su hospedero, un arquea de mayor tamaño que podía vivir sin utilizar oxígeno. Quizá fue el resultado de que la limitación de nutrientes “forzó” a una diminuta bacteria a buscar refugio dentro de una arquea de mayor tamaño. Aún no queda del todo claro que presión motivo a que esto ocurriera. Lo cierto es que una bacteria (específicamente una proteobacteria), pese a muchísimas contingencias, se convirtió en hospedero permanente de una arquea. Por supuesto, es difícil suponer que esta aventura haya tenido éxito en un primer intento. Es probable que en un principio los hospederos fallecieran (algo característico en un proceso infeccioso) y con ellos las bacterias invasoras. Es también probable que las bacterias hayan sufrido el lógico ataque de la respuesta inmune de las arqueas (hoy se reconoce que un grupo de arqueas conocido como “Asgard”, muy relacionado a los eucariontes, posee 2,160 sistemas de defensa completos) para contrarrestar los potenciales efectos perniciosos de las bacterias.


Sin embargo, de algún modo, esta unión, que parecía condenada al fracaso, fructificó y dio origen a un organelo que sustenta la vida en la tierra: la mitocondria. Es claro que, durante la integración mitocondrial, un nuevo organismo y nivel de complejidad surgieron a partir de células que se reproducían individualmente, lo que lo califica como una de las más importantes transiciones evolutivas que hayan ocurrido en la historia de la Tierra. Por supuesto, esta relación implicó profundos cambios en los estilos de vida de sus protagonistas. Tanto la bacteria como la arquea debieron alinear sus intereses en algún momento y desarrollar sinergias basadas en sus diferentes propiedades para tener éxito. La bacteria pasó de ser un organismo libre, a tener una existencia obligadamente encadenada a su hospedero. Además, en el proceso de su “captura” el genoma de la bacteria se redujo, preservando solamente aquellos genes esenciales para realizar su función, y varios genes que codifican proteínas necesarias para la mitocondria fueron transferidos al genoma de su hospedero. Por supuesto, desde el primer momento en que la bacteria habitó en la arquea de forma exitosa y permanente, la reproducción de esta dependió, inevitablemente, de la frecuencia de reproducción de su hospedero. 


Si cualquiera hubiese sabido, en aquel momento, que a pesar de lo particularmente curioso de su vida, eso llegaría a tener éxito en algun futuro, sin duda se habría sorprendido…


En 1967, la doctora Lyn Margulis, propuso la Teoría Endosimbiotica en la que postuló, no sin antes haber sufrido casi una docena de rechazos para su publicación en diferentes revistas, que las células eucariotas surgieron de la relación intensa, profunda, compleja, entre un par de células procariotas simples. La primera célula eucariota se había vuelto una desconocida para ella misma, pero no había duda de que era ella. Era una sensación vívida y terriblemente extraña. 

Hoy se sabe que TODAS las formas eucariotas que habitan, o han habitado, nuestro planeta surgieron de un solo ancestro común a partir de la relación que sostuvieron dos células simples y que dieron lugar a nuevas combinaciones de capacidades bioquímicas que promovieron el acceso a fuentes de nutrientes previamente inaccesibles y la diversificación biológica. Un evento “natural” y único (hasta la fecha no se ha reportado la ocurrencia de otro evento endosimbiótico entre dos procariontes) que sugería tener escazas probabilidades de éxito. José Saramago escribió en su magnifica obra La Caverna que “…los momentos no llegan nunca tarde ni pronto, llegan a su hora, no a la nuestra, no tenemos que agradecerles las coincidencias, cuando ocurran, entre lo que ellos proponían y lo que nosotros necesitábamos”.


Recientemente, un grupo de investigadores, dirigidos por la Dra. Julia Vorholt de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH Zúrich) implantaron artificialmente, en condiciones de laboratorio, la bacteria Mycetohabitans rhizoxinica en el hongo patógeno Rhizopusmicrosporus. Después de cierto tiempo, esta relación triunfó, de forma tal que la bacteria M. rhizoxinica comenzó a ser transmitida, con baja frecuencia, en las siguientes generaciones del hongo. Vale la pena mencionar que al inicio el éxito de germinación de esporas del hongo se redujo notablemente (solamente 6.3 % de las nuevas esporas germinaban), lo que sugirió que la presencia de la bacteria impuso un costo sustancial en la adecuación biológica del hosedero. Sin embargo, con el paso del tiempo, el éxito de germinación se incrementó y alcanzó los niveles normales de las esporas sin la bacteria. Aún más, la bacteria sintetizó la toxina rizoxina en el hongo, lo que demostró la transferencia de una nueva función metabólica de la bacteria al hospedero a través de la endosimbiosis inducida. Además de que este estudio brinda oportunidades para el diseño de endosimbiontes  con características deseadas y relevantes para su potencial aprovechamiento biotecnológico, permite comenzar a entender las fuerzas evolutivas que dieron forma a la endosimbiosis.


Muy temprano en la historia evolutiva de los seres humanos se despertó el apetito por obtener explicaciones que nos permitieran entender el mundo que nos rodea. Tan pronto la Selección Natural favoreció una capacidad cognitiva mínima, algunos seres humanos comenzaron a hacerse dos tipos básicos de preguntas: ¿por qué ocurrió eso? y ¿se puede utilizar? A través de la información que se obtenía de dichas preguntas, entendimos que nuestro mundo es extremadamente complejo, lleno de fenómenos que percibimos como confortables o temibles, extraordinarios u oscuros, y que el mundo que nos rodea puede, y debe, ser aprovechado, siempre y cuando se haga responsablemente. Muchas visicitudes pudieron ocurrir y provocar que la vida en nuestro planeta fuera completamente diferente. Llegó el momento de ser más amables con quien nos ha dado todo.


Referencias

Giger, G.H., Ernst, C., Richter, I., Gassler, T., Field, C.M., Sintsova, A., Kiefer, P., Gäbalein, C.G., Guillaume-Gentil, O., Scherlach, K., Bortfeld-Miller, M., Zambelli, T., Sunagawa, S., Künzler, M., Hertweck, C., y Vorholt, J.A. (2024). Inducing novel endosymbioses by implanting bacteria in fungi. Nature635, 415–422. doi: 10.1038/s41586-024-08010-x.


Leão, P., Little, M.E., Appler, K.E., Sahaya, D., Aguilar-Pine, E., Currie, K., Finkelstein, I.J., De Anda, V., y Baker, B.J. 2024. Asgard archaea defense systems and their roles in the origin of eukaryotic immunity. Nature Communications, 15, 6386. doi: 10.1038/s41467-024-50195-2.







El Dr. Arturo Sánchez-Paz es investigador titular encargado del Laboratorio de Virología del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste en Hermosillo, Sonora, México. Su investigación ha generado más de 50 artículos publicados en revistas científicas internacionales, y ha guiado y dirigido tesis de varios estudiantes de posgrado. Es miembro del SNII (II) y de la Academia Mexicana de Ciencias. 


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